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jueves, 18 de marzo de 2010 0 comentarios

Seguridad Vial y accidentes de tráfico

INFORMACIÓN GENERAL SOBRE ACCIDENTES DE TRÁFICO


Es conocido como accidente de tráfico todo aquel perjuicio ocasionado a una persona o a cualquier bien material, en un trayecto de movilización o transporte, debido, sobre todo a la acción de riesgo, negligente o irresponsable de un conductor, pasajero o peatón. También se incluyen aquellos producidos por causas de fallos mecánicos repentinos, errores, condiciones medioambientales desfavorables o el cruce de animales durante el momento de circulación.

Hablamos de accidentes involuntarios cuando nos referimos a la parte pasiva de la acción, es decir, a quien se involucra en el accidente sin posibilidad de evitarlo. Salvo en los casos de intervención de la naturaleza, gran parte de los accidentes pueden ser evitables e incluso, predecibles.

El porcentaje menor se debe a los fallos de fábrica de los vehículos, que no quita atribuirles un error humano consciente. Otro factor apenas mencionado en la causa de los accidentes es la deficiencia en las estructuras de tránsito, como por ejemplo, errores en las señales, o fallos de ingeniería en caminos y carreteras.


→ Los accidentes de tráfico tienen diferentes escalas de gravedad, el más grave se considera aquel del que resultan víctimas mortales, bajando la escala de gravedad cuando hay heridos graves, heridos leves, y el que origina daños materiales a los vehículos afectados.

→ Siempre hay una causa desencadenante que produce un accidente, que se puede agravar de forma considerable si por él resultan afectadas otras personas, además de la persona que lo desencadena.

→ Asimismo, un accidente puede verse agravado si no se ha hecho uso adecuado de los medios preventivos que no lo evitan pero reducirían su gravedad. Por ejemplo, no llevar ajustado el cinturón de seguridad o no llevar puesto el casco si se conduce una motocicleta.


CAUSAS DE ACCIDENTES DE TRÁFICO



Los accidentes de tráfico ocurren por los siguientes factores:

→ Factor humano. Son la causa de la inmensa mayoría de los accidentes de tráfico. Dependiendo de la legislación de tráfico de cada país, pueden convertirse en agravantes a la culpabilidad de aquella persona que provoque el accidente, las siguientes situaciones:

» Conducir bajo los efectos del alcohol, de medicinas y estupefacientes.

» Realizar maniobras imprudentes por parte del conductor, como por ejemplo, adelantamientos en zonas prohibidas, saltar un semáforo en rojo, desobedecer las señalizaciones, circular por el carril inverso, exceso de velocidad, uso inadecuado del vehículo, etc.

» Estado de salud física y mental del conductor o peatón no aptas.

» Peatones que cruzan en lugares no permitidos, niños que juegan en calles o carreteras, e incluso, que arrojan objetos que puedan causar peligro al tráfico rodado.

→ Factor mecánico. Como vehículos en condiciones no adecuadas para su operación (sistemas averiados de frenos, dirección o suspensión), mantenimiento inadecuado del vehículo, etc.

→ Factor climatológico y otros. Niebla, humedad, derrumbes, zonas inestables, hundimientos, semáforos que funciona incorrectamente.
CONSEJOS PRÁCTICOS DE SEGURIDAD VIAL


Tengamos en cuenta que cuando conducimos un vehículo hay que procurar poder ver bien a los vehículos que vienen frontalmente, a los que pueden salir por una calle o cruce, o a los que puedan venir por detrás con intención de adelantarnos. La visión en un vehículo es muy importante, y tenemos que asegurarnos siempre de que es buena. Igual de necesario es ver que ser visto, por tanto, es importante que nos puedan ver y saber las maniobras que haremos, por lo que los diferentes sistemas de aviso de luces deben estar a punto siempre.

El vehículo siempre ha de estar en perfectas condiciones de funcionamiento. Sistemas de frenado, agarre y dirección, suspensiones bien ajustadas, motor en buenas condiciones. Las revisiones y las puestas a punto de los vehículos son lo más importante, ya que de ello depende gran parte de nuestra seguridad en carretera.

Aunque parezca que no, que un vehículo es fácil de controlar, requiere un alto nivel de concentración, la mayor posible. Actualmente las velocidades que pueden alcanzar los vehículos, el enorme incremento del tráfico, y la imprudencia de los conductores hace que los accidentes sean demasiado frecuentes. Las colisiones pueden ser entre dos o más vehículos, o entre vehículo y objeto de considerable dimensión.

Los accidentes son muy variados y pueden llegar a ser mortales. Es indispensable que los vehículos de rescate, sean del cuerpo que sean, lleven luces de posicionamiento extraordinarias para poder hacer frente a la invisibilización en condiciones como nocturnidad, humo o niebla. Es también común el accidente en cadena por despiste, estando ya los vehículos apartados.

La legislación nacional de tránsito, debería imponer metodologías nuevas de prevención, como por ejemplo, mejora de la iluminación trasera y lateral de los vehículos pesados (trailers, omnibuses, bañeras, etc.; o la prohibición de la coloración que perfeccionan el camuflaje de niebla (la gama del blanco al negro pasando por la escala de grises). También se podrían instalar cintas reflectantes traseras, laterales y delanteras en los vehículos pesados, que fueran aptas para la niebla.


ACCIDENTES


La medida de establecer el carnet por puntos entró en vigencia el 1 de Julio de 2006. Ésta medida ha posibilitado el descenso de las infracciones y de los accidentes de tráfico, ya que, al existir el riesgo de perder el carnet, los conductores ponen mayor empeño en la prudencia en carreteras. Los controles de alcoholemia montados en las carreteras es una buena medida para averiguar si un conductor es apto en ese momento para la circulación, permitiendo averiguar mediante el alcoholímetro la ingesta o no de alcohol, y su graduación por litro de aire espirado. También se han implantado controles de drogadicción que permiten conocer si ha habido un consumo de droga en un período de 6 meses.

Seguridad Activa (Seguridad Primaria)


Es aquella que asiste al conductor para evitar un posible accidente interviniendo de manera permanente durante la circulación, por ejemplo, los siguientes mecanismos y/o sistemas:

» Sistema retrovisor: permite al conductor tener visibilidad de la circulación que sucede detrás, eliminación de puntos ciegos, y otras ayudas de control como radares, comunicación de seguridad inalámbrica del vehículo, dispositivos de cálculo de itinerario y de distancia en maniobras diversas y visión nocturna.

» Sistemas de suspensión.

» Sistemas de frenado, entre los que se pueden encontrar distintos tipos, entre eficientes y muy eficientes: Antilock Brake System (ABS) con reparto electrónico de frenada (EBV). Control de estabilidad (ESP), con EDL. Control de tracción.

» Sistema de dirección.

» Sistema de iluminación. El uso de las luces es un punto fundamental dentro de la seguridad activa en la circulación ya que por intermedio de las mismas los conductores y usuarios de la vía pública tienen posibilidad de tener comunicación.


Seguridad Pasiva o Secundaria

Los sistemas de seguridad pasiva actúan cuando se produce un accidente, y son los encargados de proteger a los ocupantes del vehículo en estas circunstancias. Así, como veremos a continuación con mas detalle, son elementos de seguridad pasiva el cinturón de seguridad y los airbags, entre otros:

» Carrocería de deformación programada. Cuando se produce un accidente y el vehículo impacta un objeto rígido, su estructura se somete a una violenta desaceleración, la cual es finalmente transmitida a sus ocupantes. En estos casos, la estrategia considerada en el diseño de los vehículos actuales para proteger a sus pasajeros es dotarlos de zonas de deformación programada en sus extremos, y de un habitáculo rígido que asegure la intergridad de la cabina. Las zonas de deformación programada se ubican en el sector delantero y trasero del vehículo, y están diseñadas para absorber la mayor cantidad de energía posible en caso de impacto. La absorción de energía se realiza principalmente a través de las deformaciones de piezas específicamente diseñadas para cumplir esta función, junto con la dispersión de las cargas hacia los demás sectores del vehículo. La absorción de parte de la energía del impacto efectuada por las zonas de deformación programada, permite reducir la cantidad de energía que deberá absorber el compartimento de pasajeros, y finalmente los ocupantes. Esto se traduce en pasajeros expuestos a aceleraciones de menores magnitudes, lo cual reduce la gravedad del impacto que “sienten” los pasajeros del vehículo.

» Habitáculos indeformables. Como se comentaba en el caso de las zonas de deformación programada, los vehículos actuales están formados por zonas “blandas” para absorber la energía del impacto y zonas “duras” para proteger a los ocupantes de las consecuencias de este. El habitáculo de pasajeros, como puede esperarse, es la principal zona “dura” del vehículo. La función del habitáculo es mantener la integridad de los pasajeros en caso de accidente y permitir que los demás sistemas de seguridad pasiva que equipa el vehículo puedan cumplir su función correctamente. El habitáculo de pasajeros se diseña formando una jaula de seguridad alrededor de ellos, utilizando aceros de alta resistencia y espesores elevados. Se busca que el compartimento de pasajeros mantenga su forma en caso de impacto, evitando la intrusión de elementos tanto externos como internos al habitáculo.

» Airbag frontal. Si se sufre un impacto frontal contra un objeto inmóvil, circulando a unas velocidades superiores a 30 km/h, existe un importante riesgo de sufrir lesiones graves en cabeza, cervicales y parte alta del tronco del ocupante del asiento. Para reducir las consecuencias de este tipo de accidentes se ha diseñado el sistema de airbag frontal. Básicamente, el airbag (bolsa de aire en inglés) está constituido por un cojín hinchable, colocado en el interior del volante en el caso del conductor y en el tablero para el copiloto, capaz de desplegarse por completo en caso de impacto, ofreciendo al ocupante del vehículo una zona sobre la que puede amortiguar su desplazamiento como consecuencia de la colisión. Su principio de funcionamiento se basa en la absorción de la energía cinética del choque mediante la amortiguación que produce una bolsa llena de gas. Al chocar contra la bolsa, que debe estar completamente inflada en ese momento, el cuerpo transmite a la misma su energía, al tiempo que ésta le impide que se mueva y lesione. El airbag frontal se activa entre 5 y 20 milisegundos bajo impactos frontales y oblicuos de hasta 30º respecto del eje longitudinal del vehículo. Cuando la bolsa se infla alcanza velocidades de 250 km/h, lo que permite que esté completamente inflada cuando el cuerpo del ocupante la impacte. Luego del contacto del cuerpo del ocupante, la bolsa se desinfla automáticamente. Durante el impacto, el airbag frontal entrega una suficiente área de contacto para el cuerpo del conductor, aunque no obstaculiza completamente su visión. El mecanismo que activa la bolsa es operado por fuerza de inercia, lo que evita cualquier activación inesperada producto de fallas en el sistema eléctrico del vehículo. Es importante mencionar que el airbag está diseñado para funcionar una sola vez, y que si se activa debe ser reemplazado únicamente por el fabricante del vehículo. En combinación con el cinturón de seguridad, la bolsa de aire a salvaguardar la integridad de los órganos de la cabeza y el tórax evitando su impacto contra el volante y tablero. Si se activa cuando los ocupantes no están utilizando su cinturón de seguridad, su acción es contraproducente pudiendo provocar graves lesiones. Para el correcto uso de la bolsa de aire frontal deben seguirse los siguientes consejos: Utilizar siempre el cinturón de seguridad, sentarse a una distancia mínima de 30 cm del volante de dirección, no ubicar nunca a un bebé en su silla de seguridad invertida si el asiento cuenta con airbag frontal, y, por último, los bebés deben ser transportados en sillas de seguridad en los asientos traseros del vehículo.

» Airbag lateral. El impacto lateral tiene características distintas a las del impacto frontal. En este caso, solamente 20 a 30 cm de la estructura lateral del vehículo protegen a los ocupantes del golpe. Esta razón es citada por estudios internacionales para explicar la mayor gravedad de los accidentes en que se producen impactos laterales. Los airbags laterales son bolsas de aire de alrededor de 12 lt de capacidad que se instalan en los asientos o bien en las puertas del vehículo. Su misión es proteger la cabeza y las caderas del ocupante, evitando el impacto de éste con la estructura de la puerta. Debido al escaso espacio entre el cuerpo del ocupante y la puerta del automóvil, la bolsa se despliega inmediatamente cuando detecta un impacto lateral, tardando alrededor de 3 milisegundos. Al igual que en caso del airbag frontal, las bolsas de aire laterales reducen drásticamente su utilidad si se activan cuando el ocupante no tiene ajustado su cinturón de seguridad. Según un estudio realizado por Volvo, los airbags laterales reducen en un 40% las graves consecuencias de los accidentes laterales.

» Airbag de cortina (para la cabeza). En algunos impactos, la presencia de airbags laterales no es suficiente para evitar que la cabeza de los ocupantes golpee las ventanas laterales, o que salga al exterior si estas están abiertas. Para controlar esta situación se desarrolló el airbag para la cabeza, que retiene el movimiento de la cabeza de forma controlada en caso de impacto. Esta bolsa de aire se ubica en la parte interior del marco del vehículo, recubriendo el lateral a la altura de las ventanillas. En algunos modelos la bolsa es individual y de forma tubular, y en otros es un colchón de mayores dimensiones que protege a todos los ocupantes de un lado. Su tiempo de inflado es de 25 milisegundos. Estas bolsas muestran toda su eficacia cuando se produce un impacto lateral contra un objeto estrecho, como puede ser un poste o un árbol. En estas circunstancias, el airbag para la cabeza puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte de los ocupantes, siempre que estos utilicen el cinturón de seguridad.

» Limitador de tensión del cinturón de seguridad. En caso de accidente el cinturón de seguridad, si bien protege de una gran cantidad de lesiones graves, también puede causar algunas heridas en la región del tórax. Estas heridas se producen por la acción del cinturón de seguridad al retener el cuerpo del ocupante bajo impactos violentos. El limitador de tensión permite el estiramiento controlado del punto de fijación del cinturón de seguridad, reduciendo de esta forma la tensión de este sobre el tórax del ocupante. Esto permite reducir drásticamente el riesgo de fracturas en las costillas, por ejemplo. Para maximizar la eficacia del cinturón de seguridad es necesario que éste se mantenga siempre sin holguras y ajustado al cuerpo del ocupante. Si existen holguras, mayor será la probabilidad que el cinturón de seguridad provoque heridas en caso de impacto. Este problema es solucionado con el pretensor para el cinturón de seguridad, el cual es un excelente complemento al limitador de tensión, ya que mejora su eficacia.

» Reposacabezas activo. Para reducir el riesgo de lesiones bajo un impacto trasero se debe reducir al máximo el movimiento relativo entre las cabezas de los ocupantes y el resto del cuerpo. La primera medida para evitar este riesgo es que el apoyacabezas se encuentre cerca de la cabeza de los ocupantes al momento del impacto. Por esta razón es importante regularlos adecuadamente cuando se ingresa a un vehículo nuevo. Los apoyacabezas activos se activan bajo impactos posteriores, y están diseñados para acercarse automáticamente a la cabeza de los ocupantes en estas circunstancias. Esto no significa que no deban ser regulados tal como se hace con los apoyacabezas convencionales: la regulación de estos elementos es fundamental. Cuando se produce un impacto posterior, el apoyacabeza activo se desplaza inmediatamente hacia la cabeza del conductor, evitando que ésta se “quede atrás” en el movimiento hacia delante del resto del cuerpo. Este comportamiento permite reducir las lesiones por el llamado “efecto latigazo”. Existen diferentes sistemas de apoyacabezas activos, cada uno con modos de accionamiento y funcionamiento diferentes. Incluso existen sistemas que modifican la posición del asiento y su respaldo para evitar lesiones graves en el cuello.


Seguridad Terciaria


Es aquella encargada de minimizar las consecuencias negativas de un accidente después de que este haya sucedido. Podemos incluir en este grupo los siguientes sistemas:

» Cierre automático de la inyección de combustible para impedir incendios.

» Depósito de combustible y elementos auxiliares diseñados para evitar el derrame de combustible en caso de colisión.

» Aviso automático a centro de emergencias después de un accidente (actualmente, estos dispositivos son opcionales sólo en algunos vehículos norteamericanos).

» Puertas diseñadas para una fácil apertura después del accidente.

» Hebillas del cinturón de seguridad de fácil apertura.


Seguridad para bebés y niños


La seguridad automovilística es crítica en estos casos, sobre todo considerando que los dispositivos existentes no han sido diseñados para ellos. En muchos países es obligatorio el uso de mecanismos de retención apropiados al peso y la altura; desde sillas especiales hasta elevadores que impidan que el cinturón de seguridad provoque asfixia si ocurre un accidente. En todos los casos se deben utilizar siguiendo las instrucciones del fabricante, y debe recordarse el peligro que puede representar para un bebé o niño la bolsa de aire del asiento del acompañante.



Seguridad ante la conducción rutinaria


Muchos conductores que siguen la misma ruta cada día lo hacen sin utilizar el área del cerebro donde tiene lugar el pensamiento consciente, según afirma el científico especialista en tráfico Michael Schrekkenberg, de la Universidad de Duisburgo-Essen (Alemania). Como conocen el camino, los conductores se ocupan de otras cosas en vez de concentrarse en el tráfico. En consecuencia, tardan más en advertir los peligros. Por esta razón, se les recomienda recordar continuamente la necesidad de estar alerta y no distraerse de la carretera.